En busca de más ilusión
Cambiar, es lo que todos esperamos de nuestra pareja; pero no afrontamos que esperan lo mismo de nosotros.
Pudiste conocer a quien ahora te acompaña y quedar atrapado entre su personalidad, entonces decidiste que habías encontrado al amor de tu vida. Te subyugaba su conversación, los detalles te enloquecieron y sus caricias aún más.Luego comenzaron a vivir juntos, a verse todo el día, todos los días. El encanto comenzó a desaparecer o, mejor dicho, a esconderse entre la rutina cotidiana, comenzaste a resaltar más los defectos o aquellas manías que no viste cuando la ilusión imperaba.De pronto, subes en el nivel de importancia pequeños detalles de las costumbres que tu compañía trae desde el hogar paterno: que deja el baño mojado, que no acomoda su ropa sucia, que se ve mal sin peinarse en las mañanas, que ronca, que...Y aquella conversación, las caricias y los detalles que te enloquecieron, se fueron.¿Y qué has hecho para rescatarlos?Pero te guardas tus comentarios; entonces comienza la falta de comunicación, prefieres guardar silencio ante esas cosillas que no te gustan, mientras la otra parte supone que todo está bien y continúa con su acostumbrada forma de ser.¿Cómo se enterará de tus molestias si no le dices? ¿Piensas acaso que también hay reproches del otro lado o consideras perfecta tu conducta? !No te engañes! No esperes que el otro cambie. Mientras tu esperas que cambie, tu pareja está esperando lo mismo de ti.Porque pensar en lo que tu pareja espera de ti no es algo que tengas siempre presente, lo mejor es suponer que eres lo mejor que le pudo haber pasado, pero de allá hacia ti hay “cosas” que quisieras cambiar pero no te atreves a hablar.¿Sientes temor de afrontar problemas cotidianos sin ayuda externa?, ¿Aceptas tener emociones y pensamientos negativos?, ¿Permites que tu pareja cumpla sus deseos, sin estar de acuerdo?, ¿Piensas qué el otro va cambiar, o que puedes modificarle los aspectos de la personalidad, que tanto te incomoda?, ¿Reprimes, cada día, algo para tu satisfacción personal, y permites que el otro lo realice?, ¿Eres siempre el que actúa para salvar la pareja de situaciones conflictivas, mientras el otro no actúa o no se preocupa?, ¿Sientes que tú eres quien desea mantener la pareja y el otro puede prescindir de ti?, ¿Te rodeas de personas inestables que nunca fomentan tu autoestima?, ¿Sientes miedo que te abandonen en cada relación que comienzas?, ¿Cuándo terminas una relación, comienzas en muy poco tiempo, otra?, ¿Temes a estar en soledad por mucho tiempo?¿Sospechas que posiblemente tu pareja te engaña, pero no te animas a afrontarlo?Si tus respuestas son afirmativas, ya debes comenzar a reflexionar sobre este momento de tu relación afectiva.Porque simplemente puede ser una etapa que experimentas ahora, o puede ser el modelo de vínculo que siempre has mantenido. Es decir, te relacionas con todos sólo por ‘encimita’ sin lograr profundizar en una relación que pudiera darte mucho, pero prefieres seguir como siempre, sin mayores complicaciones.Pero en el fondo de tu ser admites que tus culpas, con la costumbre de callar las cosas que te duelen, silenciarás todo para seguir dando la imagen que te convirtió en la estrella que iluminó la vida de otro ser, ese que se empeñó en convertirte en su razón de ser, utilizando sus modos, los que su propia experiencia le dejó para ser lo que es y como es y que está con la seguridad de que todo va bien porque no recibe ningún reclamo.Entonces supones, desde la clandestinidad de tu pensamiento, que lograrás sobrevivir con o sin ese personaje que te cautivó en el principio, permaneciendo a la espera de uno más que logre hacerte sonreír con la misma ilusión que logró quien ahora desechas.Fácil, sin complicaciones. Cualquiera lo puede hacer.
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